La verdad de la paleodieta

La Dieta Paleolítica es un término que está creciendo rápidamente en los medios de comunicación y en popularidad, es también conocida como Dieta Ancestral, Primitiva o simplemente Paleo. La cuestión es controvertida desde la propia denominación, con la que no todo el mundo está de acuerdo, son varias las fórmulas para expresar un mismo concepto: una alimentación lo más parecida posible a la que llevaban nuestros ancestros del Paleolítico, un periodo de más de dos millones de años que finalizó hace 10.000 años, con la llegada del Neolítico y la agricultura.

Según esta corriente, el ser humano estaría mejor adaptado genéticamente para digerir los alimentos con los que nuestra especie ha estado en contacto millones de años (semillas, frutas, verduras, carne, pescado, marisco, tubérculos, huevos, fruto secos...) y, posiblemente, peor preparada para todo lo que vino después: cereales, lácteos, legumbres y, sobre todo, cualquier producto procesado o industrial (alimentos precocinados, bollería...).

Según Carlos Pérez,  fisioterapeuta y autor del libro Paleovida, la paleodieta no se aleja tanto de la dieta mediterránea. "Sólo decimos: ojo, que nos estamos pasando con los cereales, que representan el 70% de nuestra dieta". De hecho, a su juicio, si este tipo de dieta no tiene más estudios que la avalen científicamente es porque "aquí no hay conflictos de intereses, no vas a encontrar a nadie que pague por decir que hay que comer pescado, carne, fruta y verdura. En cambio, los estudios con cereales son los más patrocinados".

Nutricion en la paleodieta

Para paliar la ausencia de cereales en la dieta, los paleodefensores tratan de buscar esos hidratos de carbono en otros alimentos, fundamentalmente frutas, verduras y tubérculos; que también deberían reemplazar la ausencia de calcio de la leche. "Nuestra teoría es que la cuestión no es si comemos más o menos hidratos, grasas o proteínas, sino la fuente, el alimento del que obtenemos esos nutrientes. Las proteínas de la carne, por ejemplo, no son iguales que las de la leche, que también contiene otros péptidos con efecto endocrino".

El estilo de vida Paleo tiene un impacto positivo en muchas de las enfermedades crónicas que plagan la sociedad occidental:

  • Mejorar la sensibilidad a la insulina, a medida que se comen más alimentos con cargas glucémicas más bajas.
  • Reducir la hipertensión, mediante la reducción de sodio (sal), lo que resulta en una mejor relación sodio / potasio.
  • Reducir la grasa corporal y mejorar la composición corporal.
  • Mejorar la densidad ósea a través de mayores niveles de ingesta de micronutrientes, así mejorar la biodisponibilidad de los minerales necesarios.
  • Reducir la inflamación al elevar el perfil anti-inflamatorio del cuerpo a través de una mejora del ratio omega 3/6 (la inflamación es un factor de riesgo significativo para un número de enfermedades actuales).
  • Permitir la remisión y el tratamiento de ciertas enfermedades sin medicación (como la enfermedad celíaca, la diabetes tipo 1 y tipo 2, artritis reumatoide, enfermedad de Crohn, síndrome del intestino irritable y colitis ulcerosa).
  • Reducir la exposición a las toxinas de los alimentos y los contaminantes, a través de la elección de los productos orgánicos y criados naturalmente.
  • Mejorar la digestión por una mejora de la flora intestinal.
  • Mejorar la absorción de nutrientes (por ejemplo, las vitaminas A, D, E y K son vitaminas solubles en grasa, las dietas bajas en grasa reducen la absorción de estas vitaminas).
  • Mejorar la calidad del sueño, mediante la eliminación o reducción de las bebidas que contienen cafeína y el alcohol, que afectan a la cantidad y calidad del sueño profundo y REM.
Paleodieta piramide

Los principios básicos de este estilo de vida son:

Comer alimentos nutritivos, tradicionales y anti-inflamatorios:

  • Carnes, órganos, y caldos de hueso de animales de pastura y criados en libertad.
  • Alimentos y bebidas fermentadas tradicionalmente.
  • Vegetales y frutas sin pesticidas.
  • Grasas saludables como aguacate, aceite de oliva, aceite de coco, nueces y almendras (en moderación), y el aceite de hígado de bacalao fermentado.

Evitar alimentos que pueden producir inflamación en el cuerpo:

  • Gluten: En muchas personas (incluso los no-celiacos) el gluten causa altos niveles de inflamación en el cuerpo. Esto se debe principalmente a la alta industrialización y manipulación genética de productos que contienen gluten.
  • Lácteos pasteurizados: El proceso de pasteurización de la leche mata todos los probióticos, enzimas, y todo lo bueno de este producto. Lo restante no es más que un producto alterado que causa más daño que beneficios para el cuerpo. En este estilo de vida se utilizan opciones como leche de nueces sin aditivos y en algunos casos leche cruda de altísima calidad.
  • Granos: En muchas personas, sobre todo en aquellas que sufren de alguna enfermedad crónica o autoinmune, se ha visto los grandes beneficios de una dieta libre de granos. Los componentes del grano, han sido relacionados con problemas digestivos como el Síndrome del Colon Irritable.

Evitar alimentos altamente procesados:

  • Edulcorantes artificiales, especialmente el jarabe de maíz de alta fructosa, aspartamo, entre otros.
  • Aceites industriales hidrogenados, parcialmente hidrogenados, fraccionados, refinados, adulterados.
  • Grasas trans.
  • Soja.
  • Antibióticos y hormonas en animales.

En resumen, la carne representaba una fuente segura de buenas cantidades de energía acompañadas de nutrientes y vitaminas esenciales para nuestra prosperidad. Nuestros grandes cerebros se hicieron posibles gracias al consumo de carne, órganos y otros productos animales ricos en nutrientes. En vez de gastar toda su energía metabólica procesando celulosa y materia vegetal, nuestros ancestros usaron una dieta alta en carne, que utilizaba vitaminas liposolubles (de tal forma que ya estaban convertidas para que pudiéramos usarlas), esto significó que la energía podía ser usada para nuestro cerebro en vez de para un gran estómago fermentador.

Obviamente se puede sobrevivir perfectamente y tener una buena salud sin comer carne, y hay miles de ejemplos. Pero no es lo óptimo para la biología humana ni, tampoco creo que es válido afirmar que el ser humano es herbívoro o frugívoro por naturaleza.

Fuentes: